Quizás luchamos en una guerra que no existe,
donde el orgullo vence a la sinceridad.
Donde los defectos pueden mas que las virtudes y donde uno se da por vencido.
Una guerra que un dia empezó por no apostar lo suficiente.
Donde el temor venció y el rencor augmento.
En la que los buenos momentos se le restan importancia si se comparan con el resto.
Una guerra en la que creemos que lo conocemos todo y con eso ya tenemos suficiente.
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